Las altas temperaturas hacen que la pérdida de agua del organismo se incremente y junto con ella el riesgo de sufrir una deshidratación es cada vez más probable, especialmente en las personas que realizan actividad física bajo el sol.
Las personas que tienen como costumbre ejercitarse a diario tienen que considerar que pierden significativamente más agua a través del sudor que el resto de las personas con poca actividad física. Y si no la reponen el proceso de deshidratación es más rápido.

Maca Bustamante, runner, nutricionista y embajadora de Asics Perú afirma que “mantener una hidratación adecuada es fundamental para la salud durante todo el año, sin embargo, con la llegada del verano debemos tenerla aún más presente. La sudoración aumenta como un mecanismo de autorregulación del cuerpo y esto nos obliga a hidratarnos adecuadamente. Además, las personas que realizan deporte pierden una mayor cantidad de sales minerales (sodio, magnesio, potasio, calcio) por lo que la hidratación es clave para prevenir calambres musculares.”
Además, añade que todos tenemos un requerimiento diferente que va en función al peso, edad y actividad física, pero en líneas generales deberíamos de consumir un aproximado de 2 a 2.5 litros de agua al día en verano.
Si el organismo no tiene la cantidad de agua suficiente, comienza a tener alteraciones. El corazón se ve forzado a trabajar con mayor intensidad para cumplir con su función hasta llegar al sobreesfuerzo y el cuerpo emite señales de alarma como: sed, dolor de cabeza, mareos, cansancio, falta de concentración, etc.