Terminaron las carreras del año, tres semanas después de mi gran aventura ultra salvaje en la Selva de Colombia llegó mi siguiente reto: Yo Soy Sus Ojos 10K, una carrera con espíritu navideño pero sobre todo con un motivo muy especial. Había olvidado lo que realmente significa correr los primeros 10k de tu vida.
Yo Soy Sus Ojos 10K, fue la carrera inclusiva de la Asociación Yo Soy Sus Ojos, donde participaron muchos corredores de los diferentes grupos, invidentes con sus valientes guías, sillas de ruedas y personas con otras discapacidades. Digo valientes guías porque sé que es una labor muy importante que además de llevar a los atletas invidentes unidos a ellos con una cuerda deben tener un gran estado físico pues ellos son muy muy fuertes y rápidos, muy preparados y muchas veces dejan a los guías atrás. ¡Son unos bravos! ¡Ejemplo a seguir!

Nos fuimos al parque Washington, en la avenida Arequipa, donde se dio la partida a las 8:30am. Lindo ver a corredores con discapacidad o no, disfrutando de la misma manera de esta pasión.
Este fue uno de los momentos más hermosos que el running me dio este año, y eso porque está vez corrí con gran parte de mi familia, mis hermanas y sobrinas que jamás habían hecho una carrera. Así que fue un doble reto, inicio de mi entrenamiento para las grandes metas del 2019 y además acompañar a mi familia a correr por primera vez en pistas.
Convencerlas no fue una tarea fácil pero era vital llevarlas a vivir esta experiencia. ¡Era la oportunidad! Ellas no se tenían mucha fe, pero ¡Yo sí! He aprendido en todo este tiempo que si tienes actitud para salir a correr sea mucho o sea poco ya es grande, además que la mente hace la otra parte del trabajo. Así que está carrera era para ellas. Creo que elegí la mejor carrera para motivarlas a correr. Y es que ahí vieron realmente que el que quiere ¡Puede!
Así que muy tranquilas y felices partimos las «Cinco Salazar». Mis dos hermanas, mis dos sobrinas y yo. Dos iban a la Caminata 4K y tres íbamos a 10K. El resto de la familia fue la barra Brava. Fuimos como se debe, de menos a más, poquito a poco, enseñándoles lo importante de la respiración, de tomar las cosas con calma, y de racionar el estado físico para llegar a la meta con fuerza y celebrar.
Iba todo muy bien, kilómetro a kilómetro avanzando con calma, las de 4K llegaron al lugar donde deberían dar la vuelta y con fuerza regresaban hacia la meta. Nosotras, las de 10K, continuamos rumbo a la conquista. Mi hermana y sobrina nunca lo habían intentado. Cuando todos comenzamos vemos cada kilómetro muy lejano, muchas veces afrontamos distancias a las que nunca hemos llegado en los entrenamientos y es cuando te retas a ti mismo a afrontar esa dificultad, lo asumimos con garra y determinación, sabiando que podemos lograrlo.

Pasando el kilómetro 5, el cansancio las hacia dudar y las retaba a caminar y a abandonar. Pero es ese instante en el que la mente tuvo que trabajar y allí estuve para recordarles que ellas entrenaron para este objetivo, y q podian lograrlo. Esto se repitió una y otra vez, pero la actitud y el ánimo hicieron que cada tramo también se pueda disfrutar. Levantar la mirada, respirar y seguir sin parar hasta la meta era la misión ¡Y así lo hicimos!
Poco a poco y con calma sin darnos cuenta estábamos ya a metros de la llegada. Era increíble ver la alegría de mi familia al acercarnos a la meta. Mi hermana y mi sobrina llegando a sus primeros 10K. Fue un gran reto para ellas. La barra brava, con letrero y todo corrió los últimos metros con nosotras. Me encantó verlas disfrutar llegando a la meta.
Que felicidad que hayamos podido compartir esta hermosa experiencia juntas. Está fue una carrera que sin duda marcó una nueva etapa en sus vidas y estoy segura vendrán nuevos retos. Yo Soy Sus Ojos 10K no solo es una carrera inclusiva sino también familiar que el próximo año no te puedes perder.
